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domingo, 30 de octubre de 2011

Para no perder la memoria… Homenaje a los muertos, en el CCOY

La ruta de los Muertos llega hasta el mercado, para invitar a vecinos de la colonia Isidro Fabela
Una fiesta que es ya una tradición, no sólo para la comunidad del CCOY sino para quienes quieran participar, pues cuando nos ven desfilar saben que están invitados a esta su casa: Federico Bañuelos
Hasta el mercado de la colonia Isidro Fabela, a espaldas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY), llegó la comparsa que anunciaba la Ruta de los muertos y que al ritmo de mambo, con pachuchos y califas, invitó a los cientos de vecinos a la gran fiesta del día de muertos que llevó por nombre Para no perder la memoria… Homenaje a los muertos.


Una fiesta que es ya una tradición, no sólo para la comunidad del CCOY, sino para todos los vecinos que cuando nos ven desfilar con por las calles, saben que están invitados a esta su casa, a su espacio cultural, dijo el director Académico de este Centro Cultural, Federico Bañuelos, durante la inauguración y bienvenida a la gala de muertos, en compañía de Consuelo Vázquez, de la Escuela de Danza Contemporánea del CCOY, y de Francisco Becerra, Jefe de Difusión del CCOY.

Luego del recorrido por las calles de la colonia, al que se integraron poco a poco los vecinos, de una visita al Instituto Nacional de Antropología e Historia y al mercado, donde los catrines y catrinas al estilo pachuco bailaron para invitar a la gente, inició la fiesta en la explanada del CCOY.

El ensamble de alientos de la escuela de Música Vida y movimiento, bajo la dirección del maestro Alejandro Zamora, interpretó sones Mixes con los que animaron el recorrido por las calles y posteriormente en el escenario, dispuesto para esta fiesta, que se llevó a cabo a un costado del Periférico sur.

Representantes de las delegaciones que se sumaron a esta fiesta ofrecieron antojitos mexicanos: tamales, buñuelos, elotes, tlacoyos, quesadillas, tacos, elotes y esquites, comidas y bebidas tradicionales de Oaxaca y artesanías dedicadas a los muertos.

Ya por la tarde arribó al escenario el grupo de baile Vivamos para bailar y bailemos para vivir dirigidos por Josefina Quintana, quienes motivaron a los asistentes a bailes tradicionales como danzón y mambo. Lo que motivó que la gente quisiera más y más baile con pistas de salsas, cumbias y otros ritmos festivos.

Cuando la tarde empezaba a caer, las veladoras se encendieron y el aroma a copal empezó a inundar la atmósfera, la comida se había acabado y el baile estaba a todo lo que daba, cuando arribaron al escenario los integrantes de la escuela de Danza de la Ciudad de México, también de este centro cultural, y presentaron cuadros de danza contemporánea para recordar a personajes de los años 40, pues la fiesta, como su nombre lo dice, estuvo dedicada a los grandes de esa época.

Entre baile y baile, aparecieron los bailarines Pachuchos y califas con cuadros que rememoraban la época de las plumas en el sombrero y los zapatos de charol, más baile popular con música en vivo, con los asistentes y el grupo de Danzón Clasa Coyoacán dio cuenta de los mejores pasos de este género.

Y abrieron paso para el último espectáculo, Para no perder la memoria…homenaje a los grandes actores, cómicos, cantantes, directores y músicos de los años 40 y 50, que realizaron el baile Mi querido capitán, con que recordaron a la Gatitta Blanca y a otros grandes del espectáculo.

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